ACERCA DE LA CAS
¿Cuándo se fundó la organización? ¿Quiénes la componen?
El 9 de Diciembre del año 1957, nace la Confederación Argentina de Sordomudos – CAS, por iniciativa de las Asociaciones Argentinas de Sordos existentes hasta entonces en el país. siendo su lema: “TODO POR EL SORDO Y PARA EL SORDO”
Actualmente, la CAS se erige como máxima entidad representativa de las personas Sordas en todo el país, al tener como afiliadas mas de 35 Asociaciones de Personas Sordas de todo el país, de las 60 que existen hoy en día, contando además con estrechas relaciones con otras instituciones u organizaciones relacionadas a las mismas. En cumplimiento del mandato otorgado por la totalidad de las asociaciones de personas Sordas que la nuclean, la CAS tiene como finalidad la Promoción y Defensa de Derechos Humanos de las personas sordas que habitan en la República Argentina, a través de acciones y programas que responden a sus necesidades, y que a su vez abarcan varios ámbitos como salud, educación, cultura y arte, juventud sorda, entre otros, poniendo especial énfasis en la Lengua de Señas Argentina -lengua natural de identidad y pertenencia-,como elemento de cohesión lingüístico-cultural de nuestra comunidad.
A nivel internacional, la CAS es una de las 134 (ciento treinta y cuatro) Confederaciones y/o Asociaciones Nacionales de todo el mundo afiliadas a la Federación Mundial de Sordos – FMS.
La CAS actualmente está compuesta no sólo por personas sordas usuarias de la LSA, sino tambien que incluye además personas sordas bilingues, es decir que poseen usar ambos idiomas la LSA y Español, lo que constituye algo sin precedentes en toda nuestra historia institucional, lo que habla de la pluralidad de gestión y apertura que nos enorgullece presentar, por su alto valor y calidad humana. La Comisión Directiva está compuesta por personas sordas oriundas de Santa Fe y Entre Ríos y el resto proveniente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del conurbano bonaerense Oeste y Norte.
¿Cuál es su objetivo como organización?
Desde la CAS, priorizamos la tarea de contribuir a una mejora sustancial de la calidad de vida de las personas Sordas de todo el país, y a la vez, PRESERVAR, PROTEGER y PROMOVER los derechos humanos, civiles y lingüísticos de todas las personas sordas, promoviendo el bienestar y el desarrollo individual, familiar e institucional para asegurar la continuidad y pertenencia, sostener los valores con cuales nos identificamos y afianzar el sentido de Comunidad en el ámbito territorial de la República Argentina.
¿La CAS realiza acciones de coordinación y/o capacitación con entidades estatales?
La CAS no realiza las capacitaciones de LSA, de esto se encargan las asociaciones de personas sordas afiliadas, quienes son las encargadas de ejecutar el monitoreo, control y seguimiento de dichos cursos, además de avalarlos. La mayoría de los cursos que se dan en distintas jurisdicciones dependen en mayor parte de la asociación o entidad de personas Sordas más cercana, quien será la que garantice la eficacia de dichos cursos y que sean las personas sordas las encargadas de llevar a cabo la tarea de enseñar la LSA, ya que conocen toda la dimensión lingüística y el abordaje adecuado para realizar ante determinadas circunstancias, siendo ellas mismas las usuarias naturales de dicha lengua y por ende, quienes la emplean en contexto, modo y uso correspondientes más la dimensión cultural que caracteriza a la LSA.
La LSA como lengua minoritaria, al estar sumamente expuesta sin las garantías necesarias para su conservación y resguardo, es necesario que se ejecuten acciones para preservarla y resguardarla. Si bien todas las lenguas (ya sean orales o de señas) cambian a través del tiempo y varían en un mismo corte temporal, nuestra LSA al carecer de un sistema adecuado que la sostenga, necesita de políticas públicas que la preserve, apoye y promueva. Debido a que tienen un numero más reducido de señantes, en comparación con lenguas mayoritarias como el español, y que hay poca información respecto de su estructura gramatical, resulta de fundamental importancia que los mismos señantes naturales, es decir: las personas sordas, que interactúan a traves de sus organizaciones que las representan y velan por la LSA, formándose y capacitándose continuamente, sean las encargadas de ENSEÑAR SU PROPIA LENGUA.
ACERCA DE LA LENGUA DE SEÑAS
¿Cuál es la diferencia entre LENGUAJE y LENGUA?
“LENGUAJE” es una capacidad del ser humano. Esta capacidad la tienen todas las personas por el hecho de ser seres humanos. Esa capacidad nos da la posibilidad de comunicarnos, pensar, reflexionar, actuar, y muchas otras cosas más.
“LENGUA” es el idioma de cada país, región o grupo humano. Hay cientos de lenguas en el mundo. Por formar parte de una o más culturas, todas las personas tenemos una o más lenguas con las que nos comunicamos. Lenguas son, por ejemplo, el inglés, el francés, el alemán, el guaraní, el mapuche, la lengua de señas argentina, la lengua de señas brasilera, la lengua de señas italiana, entre muchas otras.
¿Qué son las Lenguas de Señas?
Las lenguas de señas son lenguas que se transmiten en la modalidad viso-espacial. Son lenguas complejas y completas. No son versiones señadas de lenguas orales, ni códigos sencillos como el código Morse.
A diferencia de las lenguas orales (como el español, el portugués o el guaraní), las lenguas de señas no se apoyan en el canal sonoro, sino en el canal visual. De ahí que a las personas sordas les resulta más accesible comunicarse con la o las lenguas de señas de la región en la que habitan.
¿Las Lenguas de Señas sólo se expresan con las manos?
No. Las lenguas de señas utilizan todo el cuerpo, incluyendo los rasgos faciales (llamados rasgos no manuales o RNM), y el espacio. Tienen gramáticas que se organizan en el espacio y que permiten construir las oraciones y el discurso de forma análoga a como se hace en cualquier otro idioma. Si se utilizaran sólo las manos se perdería significado, ya que los elementos gramaticales están contenidos en el espacio y los RNM.
¿Por qué se dice que las lenguas de señas son lenguas naturales de las personas sordas?
Porque las personas sordas no necesitan aprenderla en cursos formales de enseñanza. Las personas sordas adquieren la lengua de señas simplemente por estar en contacto con otros miembros de la comunidad sorda. Este contacto permite desarrollar una identidad basada en una lengua visual y prácticas culturales compartidas.
Una vez que la persona sorda adquiere una lengua de señas, tiene una base sólida para aprender cualquier otro idioma, con un programa de aprendizaje y ejercitación.
¿En qué momento se empezó a investigar desde un punto de vista lingüístico las lenguas de señas?
Las lenguas de señas siempre existieron en todo el mundo, pero las investigaciones en el área de la lingüística moderna se iniciaron en EE.UU. en la década de 1960. El lingüista William Stokoe fue la primera persona en describir y analizar las características de la lengua de señas de su país. En Argentina las investigaciones sobre la lengua de señas argentina fueron iniciadas por la Dra. María Massone en la década de 1980.
Actualmente, la lingüística de las lenguas de señas es una disciplina científica que se ha consolidado en todo el mundo y que ha aportado una gran cantidad de evidencias a los estudios del lenguaje.
¿Hay una única lengua de señas en todo el mundo?
No, la lengua de señas no es universal. Existen cientos de lenguas de señas en el mundo. Cada lengua de señas ha desarrollado su propio léxico y su propia gramática. Asimismo, como cualquier otra lengua, estas cambian con el tiempo y poseen variaciones regionales, sociolectales, cronolectales, etc.
Por ejemplo, en Chile está la Lengua de Señas Chilena (LSCh), en Uruguay está la Lengua de Señas Uruguaya (LSU), en España hay dos lenguas de señas: la Lengua de Signos Española (LSE) y la Lengua de Signos Catalana (LSC), etc.
Argentina tiene una única lengua de señas en todo el territorio, la LSA: LENGUA DE SEÑAS ARGENTINA.
¿Por qué es necesaria una Ley de LSA?
La Ley 26.378 de RATIFICACION de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) y su Protocolo Facultativo, no solamente reconoce la identidad lingüística y cultural de las personas sordas de nuestro país, sino que también establece que las mismas deben participar activamente en los programas y políticas que los afectan directamente. En consecuencia, llevamos adelante acciones tendientes a la REIVINDICACION DE LA LSA como nuestro patrimonio cultural y lingüístico más preciado, porque la LSA es una LENGUA que tiene el mismo status que cualquier lengua hablada en el mundo, es decir que tiene su propia gramática, pragmática, lexico, y otras caracteristicas que la hacen tan completa y compleja a la vez, y por consiguiente pasibles de ser VULNERADAS ante el desconocimiento general. Es por ello que al existir poca información sobre su estructura lingüística y que abundan propuestas de enseñanza de la LSA sin la información necesaria ni perspectivas didácticas adecuadas, las personas Sordas deben tener un rol activo en todo el proceso de creación e implementación de tales propuestas de enseñanza de la Lengua de Señas Argentina.
En otro sentido, más histórico y trascendental por su características, se debe traer a consideración que durante el año 2007, más precisamente durante los días 9 y 10 de Junio de ese año, se realizó la primera Cumbre Nacional de Personas Sordas denominada CUMBRE LSA – «Lengua, Herencia y Cultura. Patrimonio Lingüístico: un tesoro a preservar»., con el objetivo de preservar la lengua como patrimonio lingüístico y cultural de la comunidad Sorda argentina.
La Cumbre LSA, que contó con un altísimo porcentaje de participación a nivel nacional, siendo el 95% de las instituciones de personas Sordas (40 asociaciones de personas Sordas del país), tuvo lugar en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, siendo auspiciada por la APDH – Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y por el Ministerio de Derechos Humanos de la Nación, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el INADI, siendo además declarada de interés legislativo por la Cámara de Diputados de la Nación (Resolución 1131-D-07).
Es de destacar que la sola presencia de las instituciones sordas de nuestro país (asociaciones y entidades afines) avaló rotundamente el pedido unánime por la PRESERVACION Y PROTECCION DE LA LENGUA DE SEÑAS ARGENTINA – LSA. Sin embargo, ya han pasado más de 10 años y no existe la voluntad política por parte de todos los estamentos del aparato político que componen los gobiernos con los que venimos tratando de que consideren nuestro pedido, aún carecemos de un instrumento legal que garantice la LSA en todo sentido, lo cual constituye una lucha inclaudicable por parte de la comunidad sorda de todo el país, a pesar de los tratados internacionales que nos respaldan.
ACERCA DE LAS PERSONAS SORDAS
¿Qué porcentaje de niños nacen sordos?
En Argentina, la hipoacusia afecta a entre 700 y 2.100 niños al año. La discapacidad auditiva constituye el 18% de las discapacidades en el país, la cual se reparte en un 86,6% de dificultad auditiva y un 13, 4% en sordera (Resolución 1209/2010, Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia – Ministerio de Salud Pública).
¿Qué datos se maneja respecto a cuántas personas sordas viven en Argentina?
En nuestro país no existen datos actualizados como para poder asegurar con absoluta certeza y fidelidad el número exacto de personas sordas que habitan el territorio argentino. Los datos estadísticos no reflejan el aspecto cuantitativo sino que lo sitúa en una cifra general. Y de esa estimación no podemos deducir específicamente dado que la comunidad sorda es un grupo muy heterogéneo.
A nivel interno, tenemos un estimado de un millón de personas sordas que residen en la Argentina. Oficialmente, el último censo nacional (2010) indica que hay 945.168 hogares con al menos una persona con dificultad o limitación auditiva permanente. No obstante es un grupo heterogéneo, es decir que incluye personas que quedaron sordas de grandes y por consiguiente no se consideran a si mismas como parte de la comunidad sorda.
Ante la proximidad del Censo Nacional que se implementará a través del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo de Argentina (INDEC), es necesario que en esa instancia se consideren datos estadísticos y otros aspectos relevantes a tener en cuenta, dado que un diseño de datos estas características nos permitirán conocer la cantidad de personas sordas que habitan nuestro país, así como también considerar un amplio espectro que se circunscribe en cada entorno o grupo familiar que las compone, como la LSA, nivel educativo, nivel socioeconómico, accesibilidad, entre otras variables con las que estamos trabajando para que el INDEC las contemple.
¿Cómo denominar a la persona: sordomuda, hipoacúsica, sorda?
Este es un problema recurrente en los medios de comunicación. Cuando decimos que una persona es “sordomuda”, “hipoacúsica” o “sorda” en los medios, la terminología empleada puede dar lugar a susceptibilidades, así como también soslayar un tema que es necesario saber discernir cuál es la manera adecuada para hacerlo.
Definir a una persona como sordomuda es lo más cercano a cercenar sus funcionalidades vitales como la de oír y hablar, y en consecuencia visibilizar a un sujeto con nulas posibilidades para desenvolverse socialmente. Por lo peyorativo del término, la palabra “sordomudo” refiere a una persona que tiene dificultades para escuchar y, en consecuencia, para hablar, lo cual consideramos inadecuado por sus connotaciones negativas, ya que es un término rechazado por miembros de la comunidad sorda con el cual no se identifican ni se sienten representados. La persona sorda no es “muda”, ya que siempre tiene la posibilidad de hablar, de expresarse, de comunicarse, independientemente de su condición audiológica, utilizando una lengua de señas, una lengua oral y/o una lengua escrita.
Definirla como “hipoacúsica” sería como generalizar una patología que es común en todas las personas con distintos grados de disminución de su capacidad auditiva, ya que existen distintos grados de hipoacusia. Esta denominación corresponde específicamente al ámbito médico y condiciona a las personas según su grado o tipo de pérdida. Una persona que denominamos “sorda” es un sujeto con algún grado de hipoacusia, aunque existan quienes tengan una leve pérdida y prefieran denominarse como “hipoacúsicos” para diferenciarse de éstos últimos de manera subjetiva.
Consideramos correcto definir a la persona como “sorda”, ya que la misma es quien se identifica como miembro de una comunidad lingüística y cultural: la comunidad sorda. La persona que se define como “sorda” participa activamente de la vida social y cultural de este grupo, tiene una lengua visual (la Lengua de Señas Argentina) que la usa en sus intercambios cotidianos siendo su principal elemento de cohesión, y una cultura eminentemente visual, producto de sus adaptaciones creativas. En este caso, no importa el grado de pérdida auditiva que tenga; lo importante es si se identifica con esta comunidad lingüística y cultural.
Si bien el grado de pérdida auditiva no es relativa a la modalidad comunicativa que se emplea, muchas personas sordas y/o hipoacúsicas emplean la Lengua de Señas Argentina (LSA) en sus intercambios cotidianos.
¿Cuáles son los principales obstáculos que tiene una persona sorda en la Argentina?
Los principales obstáculos se derivan en la falta de accesibilidad. Si bien ésta puede ser idiomática, al no tener acceso a un entorno accesible en Lengua de Señas Argentina (LSA), se le impide acceder a un amplio abanico de posibilidades para desenvolverse en su medio social. En este panorama juega un rol fundamental la figura del intérprete de LSA/E (Lengua de Señas Argentina / Español), que son profesionales al servicio de la comunicación, capaces de interpretar de manera eficaz, precisa e imparcial, tanto receptiva como expresivamente en un entorno determinado. Su presencia es requerida en aquellos ámbitos en donde se desenvuelven las personas sordas, a las cuales deberían proveerles de tales servicios, como:
- Servicios Médicos (hospitales, centros de salud, emergencias)
- Servicios Culturales / Lúdicos (espectáculos, esparcimiento)
- Servicios de Formación / Educación (capacitación y estudios formales/no formales)
- Servicios Administrativos (trámites esenciales en la vida cotidiana)
- Servicios Laborales (interpretación en entrevistas de trabajo, capacitación laboral)
- Servicios Judiciales (mediación o intervención en causas judiciales en las que se involucren personas sordas)
- Servicios Telefónicos (Sistemas de mediación telefónica de texto a voz, o interpretación simultánea a través de dispositivos móviles, etc)
Por otro lado, las emisiones de televisión abierta deberán contar con el servicio de subtitulado oculto (Closed Caption) para que las personas sordas puedan acceder a contenidos televisivos en sus diferentes formatos (programas informativos, educativos, culturales y de interés general de producción nacional). Lo mismo deberá hacerse en estos medios con la provisión de un intérprete de LSA y audiodescripción, tal como lo estipula el Art. 66 de la Ley Nº 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual. El incumplimiento de esta norma ocasiona un serio perjuicio a toda persona sorda al no proveerles de acceso a la información.
¿Sufren discriminación?
Podemos afirmar que este tipo de prácticas discriminatorias se dan en forma cotidiana, en mayor o menor medida, pero no siempre de manera intencional. La mayoría de las veces ocurre porque la persona sorda no tiene una discapacidad visible a simple vista y no es tarea fácil discernir esta condición. Otro factor es el que resulta de los intercambios personales, ya que las personas que se encuentran frente a una persona sorda tienden a reaccionar de determinada manera, y esto puede ser causal de un acto discriminatorio cuando prevalece la intención, pero en muchos casos, la ignorancia puede jugarles una mala pasada. Es importante saber cómo interactuar con una persona sorda en ciertos casos.
¿Qué medidas, políticas de Estado o cambios se necesita para poder vivir mejor?
La accesibilidad es la gran ausente en las políticas de estado.
Necesitamos que el Estado se haga eco de nuestro reclamo legítimo y fundado de la comunidad sorda para que la LSA sea tenida en cuenta en diversos aspectos de la vida, a través del reconocimiento legal de la LSA como idioma natural y que se le otorgue status lingüístico por lo que ello amerita, además de permitirles participar en toda decisión a nivel político que las involucre.
Desde el lema «Nada sobre nosotros sin nosotros», las personas sordas reclaman y exigen que nada sobre las personas sordas sin la participación de ellas mismas sea considerado en toda decisión política o de injerencia directa sin pleno consentimiento de ellas.
Esto va para todo el aparato político que legisla sin consultarnos directamente, que es lo contrario a lo que determina la CDPD, que en nuestro país tiene jerarquía constitucional y rango superior a las demás leyes que se le opongan o contrarien a ella.
Afirmamos que no hay un estado/gobierno presente a la hora de cumplir con nuestras demandas y/o derechos porque existen múltiples acciones o proyectos de ley que más que incluir excluyen, por ser dispares y no encontrarse en sintonía con nuestra esencia.
ACERCA DE LA COMUNIDAD SORDA
¿Qué dificultades se enfrentan a la hora de convivir socialmente?
Principalmente la mayor dificultad reside en las barreras de comunicación imperantes en todo entorno, ya que al ser usuarias de la LSA no tienen acceso a información en su idioma. Para el caso de las personas sordas que no son usuarias de la LSA e interactúan a través de la oralidad, el desconocimiento frente al trato constituye un problema si se evalúa desde los preconceptos y no desde su verdadera dimensión. Una persona sorda oralizada podrá leer los labios con cierta destreza o requerir que se le module adecuadamente, o podrá hacer uso de sus restos auditivos a través de los dispositivos con que cuenta (audífonos o implantes), pero ahí no se cierra el problema dado que no todas tienen las mismas habilidades y destrezas frente al problema que plantea la comunicación, sean oralizadas o señantes. En los canales abiertos hacen falta subtitulado oculto y también un espacio destinado a las intèrpretes en LSA para que éstos sean accesibles, así como todo contenido en formato audiovisual que circule en su entorno. El acceso a los servicios de interpretación en los organismos pùblicos del Estado también es una asignatura pendiente, así como también en aquellos ámbitos en donde se desenvuelve una persona sorda a lo largo de su vida, que va desde su educación en todos los niveles hasta su desempeño laboral.
¿En qué regiones o provincias es especialmente delicada la situación de las personas sordas?
La situación es por demás, uniforme en todas las provincias por falta de accesibilidad, aunque aquellas provincias en donde hay mayor dispersión de personas sordas o donde no exista alguna entidad o asociación que las reúna, es mayor el grado de discriminación a la que se hallan expuestas. Además, venimos experimentando un grave retroceso a nivel educativo dado que más del 90% de los niños sordos no tienen otra alternativa que integrarse en escuelas comunes (a la que asisten niños oyentes) donde el maestro no tiene ninguna preparación ni conocimiento para garantizarles un nivel mínimo de educación, y en consecuencia esto genera una tendencia a «integrar» a los niños sordos en esas escuelas ocasionándoles un mayor grado de aislamiento, y por ende, se los priva de un contexto que les permita desarrollarse, ya que el problema reside en la falta de accesibilidad comunicativa con su entorno y no en su desarrollo cognitivo. Por citar un ejemplo, tal es el caso de los niños sordos a los que se les debe garantizar la adquisición temprana de la LSA en un contexto en donde interactúen tanto los padres, como los docentes y los adultos sordos, y que éstos últimos se constituyan en modelos de referencia válidos para asegurar la transmisión de conocimientos y saberes en una lengua visual, en este caso la LSA. Esta tendencia integracionista por parte del sistema educativo en general, acarrea severas consecuencias en las personas sordas perjudicando considerablemente su calidad de vida.
¿Cómo viven las personas sordas la experiencia al momento de llevar trámites judiciales y/o juicios?
El acceso a la justicia es un derecho fundamental garantizado en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) en su artículo 12, un instrumento legal internacional al cual la Argentina se adhirió mediante ley 26378 en el año 2008. Lamentablemente para las personas sordas, es un derecho permanentemente vulnerado. No tenemos acceso a la comunicación en los procesos judiciales. La figura del intérprete de lengua de señas es muy discutida y poco reconocida desde muchas perspectivas y es una herramienta fundamental para los sordos usuarios de la LSA. Hay muchos organismos que convocan a personas que no están capacitadas para desempeñar dicho rol y esto trae aparejado un perjuicio muy grande para los sordos. Situaciones o experiencias en este sentido hay muchas y graves, personas sordas detenidas, juzgadas y condenadas injustamente hay muchas en el país; y otros que no se acercan a la justicia por encontrarse permanentemente con estas barreras y por miedo a las consecuencias.
¿Cómo pueden influir las capacitaciones en LSA en los organismos del Estado?
La formación y capacitación de los organismos es una obligación de los Estados Partes adheridos a la CDPD, en el marco de la accesibilidad hay que hacer más foco en la accesibilidad comunicacional, ya que la accesibilidad física ha avanzado en los últimos años. Capacitar a empleados de todos los ámbitos es de vital importancia para lograr este acceso. Las personas que atienden al público son el primer contacto entre el Estado y la ciudadanía y son muchas veces herramientas de orientación y contención en casos como por ejemplo los de violencia de género. Las capacitaciones deben incluir más que solo la LSA; se debe acercar el Estado hacia la comunidad sorda, hacia una comunidad con una lengua, una cultura y una idiosincrasia diferentes; lo cual permitirá un mayor entendimiento de la situación que desee expresar la persona sorda y una mejor y mayor contención y acompañamiento.
¿Cuáles han sido los avances más significativos respecto de los derechos para la comunidad sorda?
Desde 1994, se viene dando lo que denominamos un “cambio paradigmático” de las actitudes y enfoques respecto de las personas con discapacidad, a partir de los instrumentos que se ejecutan en el plano internacional. Este enfoque adquiere mayor vigor con la implementación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) que le da un enfoque holístico respecto a los anteriores instrumentos. En nuestro país, tiene incidencia directa con la ley 22.431 que implementaba Sistema de Protección Integral de las personas con discapacidad. Dentro de ese marco normativo, no se registró avances en materia de legislación a nivel nacional que implique un compromiso con los intereses de la comunidad sorda. Éste recién se da a partir de la implementación de la ley 26.378 de ratificación de la CDPD, en la que cobra mayor dimensión ya que se contemplan derechos de carácter civil, político, social, económico y cultural. A pesar que aún persisten estereotipos y preconceptos anteriormente establecidos, se ha podido lograr avances mínimos en cuanto al tratamiento de las personas sordas por parte de las instituciones y organismos del Estado, entre los que incluimos concientización acerca de la Lengua de Señas Argentina (LSA) como un idioma natural propio de las personas sordas y la necesidad de brindar espacios accesibles y de interacción en torno a ella.
¿Cuál es el rol que han jugado las organizaciones de la sociedad civil que abordan estas temáticas?
En el plano internacional, el aporte que juega la Federación Mundial de Sordos es más que trascendental, con ella a través de otras organizaciones que nos representan hemos movido el escenario político y de participación de las propias personas sordas a nivel mundial pero aún queda mucho por hacer. Ahora es el turno de los Estados el hacer lugar al reclamo ancestral de la comunidad sorda y hacer cumplir el compromiso (y deber ineludible) establecido en la CDPD. En el plano nacional, desde la Confederación Argentina de Sordos (que su vez se encuentra afiliada a la FMS) aglutinamos los intereses locales a través de las asociaciones afiliadas entre otras organizaciones adheridas. Consideramos fundamental este apoyo a nivel asociativo que se constituye en la columna vertebral de la CAS, y desde la cual venimos insistiendo en la implementación de medidas, acciones y demás en todo lo que nos concierne. Aún queda mucho por hacer, pero no cesamos en la lucha emprendida para que el Estado reconozca de una vez la LSA y con ella, se nos garantice la accesibilidad.
¿Qué herramientas se sugieren para que la inclusión mejore?
Más concientización y difusión. Más información y acción. Necesitamos herramientas más potentes para empoderarnos a la vez y así poder acaparar los medios masivos a nuestro alcance y hacer presencia a través de nuestras acciones, ya que somos las propias personas las conocedoras de nuestra realidad y por ende, sabemos bajo qué condiciones podemos llevar una vida digna y equitativa, con acompañamiento del Estado como ejecutor de políticas inclusivas.
Quisiéramos cerrar con una cita que dicen mucho de nuestra realidad y por cómo nos tratan cuando se habla de una persona sorda, ya que destacan más nuestra condición audiológica y las limitaciones auditivas por encima de nuestras características socioculturales y lingüísticas que nos definen como comunidad minoritaria, y por ende, al encasillarnos se extralimitan con nuestra potencialidad como seres humanos:
«Reducir el abordaje y estudio de la discapacidad a terapia ocupacional y rehabilitación médica (…) es como confundir el problema de la mujer en la sociedad con la ginecología, o encarar el problema del racismo desde la dermatología (Coriat, 2003:23)»
¿La educación argentina es inclusiva con la comunidad sorda?
La realidad educativa en nuestro país dista mucho de ser la ideal, y el sistema educativo aparenta ser muy arcaico en la adopción de medidas reales y efectivas a nivel nacional, ya que se rige en la concepción de la sordera desde el enfoque médico-rehabilitador y no desde su verdadera dimensión, a pesar de que esto está explícito en la Ley 26.378 de ratificación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas (CDPD ONU) la cual reconoce que las lenguas de señas poseen igual estatus que las lenguas orales y que deben ser respetadas y promovidas.
Como podemos observar, el principal problema radica en el abordaje que se le da al niño sordo y al entorno en el cual pueda desenvolverse de manera favorable. Actualmente, se entiende por «inclusión» como poner a niños sordos en colegios de oyentes sin pensar estrategias especìficas para ellos. Esa “inclusión” no implica «ponerlos» en un lugar determinado sino que debe existir una experiencia de participación en la enseñanza/aprendizaje en su lengua. Para ello, y para garantizar la igualdad y la no discriminación de los niños sordos en entornos educativos, se les debe proporcionar entornos de aprendizaje en LSA con compañeros sordos y referentes adultos sordos. La falta de competencia en el dominio de la LSA de los maestros de niños sordos y en entornos escolares inaccesibles excluye a los niños sordos y, por lo tanto, se los considera discriminatorios.
Una educación de calidad, tanto en la Lengua de Señas Argentina (LSA) como en la lengua española (lengua oral predominante en el país) en su modalidad escrita, constituyen un factor clave para cumplir con el derecho a la educación como así también con los derechos humanos de los estudiantes sordos, tanto niños como adultos.
De más está afirmar que existen investigaciones que demuestran que los niños sordos que reciben educación de calidad desde un abordaje multilingüe (por ejemplo, en una lengua de señas y una lengua escrita/oral) tienen mayores probabilidades de progresar académicamente y de convertirse en ciudadanos activos, que participan de forma activa y plena en la vida social.
Es por ello que la exposición temprana a la LSA y al multilingüismo, combinada con un fuerte apoyo y acompañamiento familiar en simultáneo con la LSA de forma cotidiana y progresiva, logran una mejor preparación en los niños sordos para obtener una efectiva participación en la sociedad.
Por lo tanto, los especialistas recomiendan exponer a los niños sordos a la LSA lo antes posible (período crítico) para favorecer el desarrollo cognitivo como así también el desarrollo social y académico.
INTERACCIÓN CON PERSONAS SORDAS
¿Cómo interactuar con una persona sorda o con discapacidad auditiva?
Una persona sorda puede comunicarse de diferentes maneras. Si vas a comunicarte con ella, tratá de no hacerla sentir incómoda o que le genere algún malestar, dado que son muy intuitivas y expertas en leer rostros o conductas corporales.
Lo ideal es preguntarle a ella cómo prefiere comunicarse, ya que puede ser usuaria de la lengua de señas, puede o no hacer uso de la lectura labial, puede usar el español escrito, o incluso puede no conocer la lengua de señas, ni el español.
¿Cómo comunicarse en Lengua de Señas?
En este caso, conviene contratar un servicio profesional de Interpretación en Lengua de Señas si se dispone. Este servicio accesible es el que más se recomienda, dada su alta efectividad y su amplio beneficio para ambas partes. En este caso:
- Averiguá si hay alguna asociación de Sordos en tu juridiscción, de ser así, ahí podrán recomendarte a cuál servicio de intérpretes acudir. Una persona que acredite varios cursos de Lengua de señas no es intérprete; un intérprete tiene una formación, preparación e idoneidad comprobadas, así como también años de práctica y consolidación. Las asociaciones de sordos podrán garantizar la idoneidad del servicio que contrates.
- Ante la presencia del intérprete nunca te dirijas hacia él al hablar, mirá directamente a tu interlocutor, o sea la persona Sorda, ya que ella es la destinataria de tu mensaje. Puede que te sientas incómodo si percibís que la persona sorda no te mira, pero sabiendo que está atenta a lo que dice el intérprete, tené la seguridad de que está recibiendo tu mensaje.
- Sé considerado. La presencia de un intérprete implica transmitir toda clase de ruido o vociferación presentes en el lugar, ya que está capacitado para brindar una completa accesibilidad a la persona sorda acerca del entorno que la rodea y responde a un código de ética en su desempeño profesional.
- Respeta los turnos y los tiempos de conversación.
- Nunca interrumpas ese intercambio ante una llamada imprevista, ya sea que provenga de una persona, de un teléfono o celular, no sin antes avisarle que vas a atender.
- Tené en cuenta que la lengua de señas no es universal. Cada país tiene su propia lengua de señas, como la Lengua de Señas Argentina (LSA), la lengua de señas americana (ASL), y la lengua de señas brasileña (LIBRAS), por citar algunos ejemplos más comunes, las cuales difieren entre sí.
- Nunca te interpongas en el medio de una conversación entre dos personas señando entre sí.
¿Cómo comunicarse de manera oral a través de la lectura labial?
Algunas personas sordas, sean o no usuarias de la lengua de señas, eligen esta modalidad cuando no existe un servicio de interpretación en determinado lugar. No todas las personas sordas son hábiles en la lectura labial, algunas las dominan un tanto mejor que otras.
En este caso:
- Es preciso ubicarse frente a la persona, sin acercarse demasiado ya que la lectura labial no implica mirar solamente los labios sino también las expresiones del rostro y el contexto.
- Asegurate antes de hablar que la persona sorda te mire o llamale la atención con un leve toque en el hombro o en el antebrazo.
- Hablá en un ritmo normal a lento, modulando un poco más de lo que habitualmente lo hacés pero sin exagerar. Hay que evitar cualquier obstrucción como taparse la cara o estar comiendo cuando se le habla.
- No es necesario gritar porque te será un esfuerzo innecesario, ya que la persona sorda menos podrá oírte.
- Si vas a optar por comunicarte de esta forma, verificá que la persona sorda haya captado tu mensaje.
¿Cómo comunicarse de forma escrita?
Algunas personas sordas pueden expresarse fluidamente por escrito o hacerlo de manera limitada, esto dependiendo de la educación o el contexto en el que se hayan formado.
En este caso:
- Escribile en forma clara y legible. Podés utilizar frases sueltas o indicaciones gráficas
- De acuerdo a lo que ella te escriba, sabrás de qué manera responderle, dado que no todas dominan la gramática del español en forma eficiente.
- Nunca está de más escribirles datos importantes a tener en cuenta, como palabras clave, cifras, direcciones o nombres propios.
Hoy en día, existen otras modalidades o recursos de comunicación por escrito al alcance de todos, además de los clásicos papel y lapicera, están el correo electrónico y los mensajes de texto a través del celular, aplicaciones móviles que permiten ingresar texto, etc.
¿Cómo comunicarse si la persona sorda no sabe Lengua de Señas ni español?
Puede que algunas personas sordas hayan crecido sin contacto con otras personas sordas y por lo tanto, no tuvieron la oportunidad de aprender la Lengua de Señas, ellas han utilizado los recursos a su alcance para comunicarse con quienes le rodeaban. Generalmente interactúan con gestos naturales o algunas palabras sueltas.
En este caso:
- Utilizá gestos naturales para expresar tu mensaje.
- Las imágenes a tu alrededor son indicadores que le ayudarán a comprender tu mensaje, incluso podés dibujarle.
- Si necesitás indicarle un lugar, nada mejor que acompañarlo hacia ese lugar.
- En algunas situaciones, es indispensable acudir a un mediador sordo lingüístico-intercultural, porque un intérprete de LSA puede no tener la misma competencia que el mediador sordo para entender a la persona sorda, o para expresarse y lograr que ella entienda lo que se le quiere transmitir.
En cualquiera de los casos, estos ítems también te serán útiles:
- Para llamar su atención, tocá ligeramente el hombro, o hazle algún movimiento al aire con la mano hasta que te mire.
- Si la persona sorda tiene apoyado su brazo en una mesa y te encuentras en el otro extremo, puedes golpear la mesa para llamar su atención. Esta acción puede parecer grosera pero es muy natural para las personas sordas
- Si el piso es de madera, unos golpes fuertes en el mismo vendrán bien, ya que logran atraer su atención.
- Respetá la atención dividida de las personas sordas, es decir, no le hablés al mismo tiempo que señalás alguna referencia visual (texto, objeto o imagen), dale tiempo para que observe aquello que estás señalando y luego retomá a la explicación (oral, escrita o con intérprete de lengua de señas).
- Evitá usar etiquetas para referirte a la persona sorda. Nunca lo veas en una situación de desventaja o de inferioridad. Referirte a ella como «sordomudo» o «discapacitado auditivo» la estás limitando mucho más, ya que son términos peyorativos. El no escuchar no implica alteración funcional o impedimento alguno. Los términos adecuados serían «sordo/a», “persona sorda” “hipoacusico/a” o «persona con discapacidad auditiva». Use el término que la persona prefiera y que la haga sentir cómoda.
ACERCA DE LA DISCAPACIDAD AUDITIVA
¿Cuáles son las principales causas de hipoacusia?
La pérdida de audición puede existir ya en el momento del nacimiento (causas congénitas), y también puede suceder a cualquier edad (causas adquiridas).
Entre las causas congénitas se encuentran:
- Factores hereditarios o no hereditarios.
- Complicaciones en el embarazo o en el parto. Por ejemplo, falta de oxígeno en el momento de nacer, ictericia grave durante el período neonatal, bajo peso en el nacimiento.
- Infecciones que haya sufrido la madre durante la gestación, como la rubeola o la sífilis.
- El uso incorrecto de determinados fármacos durante el embarazo (por ejemplo: aminoglucósidos, medicamentos citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos).
Entre las “causas adquiridas”, se destacan las siguientes:
- El envejecimiento.
- Padecer infecciones crónicas del oído. En los niños, la otitis media crónica -presencia de líquido en el oído- es una causa frecuente.
- Sufrir enfermedades infecciosas como la meningitis, el sarampión y la parotiditis.
- La obstrucción del conducto auditivo por cerumen o cuerpos extraños.
- Padecer traumatismos craneoencefálicos o de los oídos.
- El consumo de algunos medicamentos como los que se prescriben en el tratamiento de infecciones neonatales, el paludismo, algunos tipos de tuberculosis y algunos tipos de cáncer.
- Exponerse a un ruido excesivo (la OMS recomienda un límite de 65 decibeles). Esta circunstancia puede producirse en el puesto de trabajo, si está relacionado con maquinaria ruidosa o explosiones, o durante actividades y eventos recreativos en bares, discotecas o conciertos, donde se alcanzan a veces los 110 decibelios. También puede ser perjudicial usar los auriculares para escuchar música a un volumen excesivamente alto.
Fuente: https://www.argentina.gob.ar/salud/glosario/hipoacusia-sordera
¿La sordera es una discapacidad?
La discapacidad es un término por el que se da a entender una consecuencia de la deficiencia física o mental en una persona. Cabe preguntarnos aquí si la ausencia de audición constituye una deficiencia.
Las personas sordas, no se consideran en situación de discapacidad dentro de nuestra comunidad si consideramos la existencia de la Lengua de Señas como lengua verdadera, ya que através de ella se elimina toda barrera de acceso a ese conocimiento del entorno. Podemos decir entonces, que la discapacidad no está tangible ni latente en las personas sordas usuarias de la LSA, sino que al contrario, cuando interactúan en un entorno diferente las barreras se dan en la comunicación, con las personas «oyentes», ahí radica el problema, porque conviven (o chocan) dos culturas distintas y dos lenguas distintas. Al decir de las propias personas sordas: – “nos sentimos más como ‘extranjeros’ desentendidos en nuestra propia tierra».
Concepción de la Sordera:
Percibimos ante todo, una serie de catalogaciones por parte de la sociedad oyente, que en su intento por definir tal cual defecto o falta, argumenta un sinfín de términos que en lugar de beneficiar perjudican la naturaleza humana con la cual hemos sido concebidos.
La palabra «sordomudo», es un concepto erróneo con el que toda sociedad cataloga a las personas Sordas, y responde a una concepción patológica (perspectiva médica) de las personas Sordas y puede ser percibida por muchas de ellas con connotaciones despectivas, como propio de quien no puede hablar o comunicarse, cuando en realidad pueden acceder tanto a la Lengua de Señas como a la lengua española (en el caso de las personas que viven en países hispanoparlantes) en sus formas escrita y hablada mediante una educación apropiada. La paradoja a esta afirmación sería que nosotros cataloguemos a los oyentes de “mancos” (porque no pueden señar) en el mismo sentido que se le da a la palabra “sordomudo”
Hay distintos puntos de vista que explican el concepto de Persona Sorda y sordera y las variables que las definen. La realidad indica q en la actualidad se sigue considerando a la Persona Sorda desde una perspectiva médica, centrándose exclusivamente en el oído y en la intencionalidad de acercar a la persona sorda a la «normalidad», sin considerar la necesidad de adaptar ese entorno de acuerdo a sus necesidades. La sordera no se erradica con la medicina o la rehabilitación sino que se aborda en la comprensión de sus dimensiones reales.
Para entender mejor a la persona Sorda hay que definirla desde una perspectiva sociocultural.
Perspectiva médica:
Aplica una visión muy limitada. “Las personas sordas son enfermas, su patología corresponde a la de un oído dañado. La solución a este problema lo constituyen los audífonos e implantes cocleares…” Este punto de vista no contempla a la persona Sorda como tal, sino que el centro de análisis y estudio es el oído y la forma de restituir la ausencia de sonido. Supone la necesidad de “normalizar” al anormal.
Perspectiva Socio-cultural:
Implica una visión en positivo. En ella no se define la patología de la sordera ni se considera enferma a una persona Sorda, sino que se basa en sus capacidades y habilidades de desarrollo. En ella la Persona Sorda es aquella que posee características propias, que pertenece a una minoría social en la cual la experiencia visual resulta predominante. Como respuesta a las limitaciones que imponen las barreras de comunicación ha desarrollado un idioma propio: la Lengua de Señas. Son partes de este proceso de adaptación y desarrollo toda forma de relación y organización social, comportamientos y actitudes y valores culturales que definen su pertenencia a un lugar y a una comunidad, la comunidad de sordos.
La sordera como discapacidad:
Vale recordar que no hago alusión con los términos Sordo y Oyente a la capacidad auditiva en el sentido estricto de la palabra, sino que hago referencia a las diferencias de cultura y vida de dos comunidades.
Desde la perspectiva de la comunidad Sorda, la discapacidad tiene concepciones distintas, más que un pensamiento global es una exposición concreta y realista que pone en claro lo que el uso de esa palabra condiciona el desarrollo de las personas sordas.
A un extranjero no se le considera discapacitado por el solo hecho de no conocer un idioma que no le es propio, más bien se recurre a los intérpretes u otras modalidades que faciliten la comunicación, se le considera una persona con una cultura e idioma propios. Aquí el término “discapacidad” no encaja con el problema que se plantea en la comunicación.
Con una persona sorda se considera la misma situación, recordando que la misma es un ser con cultura y lengua visual, miembro de una minoría lingüística y cultural, que se encuentra frente a un problema real de comunicación ya que no tiene quien interprete lo que el intenta decir, pero el común de la gente tiende a rotularlo de discapacitado, pues ven en él una ausencia del sentido de audición, y una limitación para hablar , lo que es algo que limita las posibilidades del Sordo de desenvolverse en un entorno diferente.
Resumiendo: Las personas sordas no se consideran discapacitadas, sino que se ven rodeadas de seres iguales y semejantes, con un mismo idioma (la lengua de señas), con su misma cultura y formas de vida. Se nota la ausencia de impedimentos en la comunicación y por lo tanto no existe la “discapacidad”, y este factor es decisivo para su desarrollo.
¿Por qué la sordera se considera una "discapacidad invisible"?
Se dice que la sordera es una «discapacidad invisible» ya que al no poder verla, no se le da la atención necesaria, porque la pérdida auditiva conlleva una deficiencia sensorial no perceptible, es decir, que no posee rasgos físicos que pudieran determinar cuando una persona es sorda o no. A simple vista, podrían identificarse prótesis auditivas (audífonos o implantes) y deducir que tal persona presenta esa condición. Esta “invisibilidad” ocasiona que en cualquier circunstancia, pase desapercibida cuando las personas sordas interactúan con el medio cotidiano, salvo sean ellas mismas quienes hagan notar su presencia cuando realicen gestiones o trámites particulares.
¿Cómo se vive el día a día cuando se posee discapacidad auditiva?
VIéndolo desde el lado de la comunidad sorda, esa cotidianeidad es en simultáneo con sus pares sordos. Tienen puntos de encuentro o lugares en común que frecuentar, ya sea por trabajo (en escuelas) o en organismos del Estado (bancos, organismos autárquicos o descentralizados, etc ) en los cuales interactúan en su lengua, la LSA. Esa interacción lingüística se da también con los niños sordos que asisten a las escuelas en donde los adultos ejercen sus actividades como referentes sordos en dichas escuelas, factor que enriquece ese intercambio cotidiano.
Recordemos que no todos los niños sordos presentan las mismas condiciones y realidades, que la que ilustramos anteriormente, sino que las mismas son circunstanciales dependiendo del contexto en que se encuentre expuesto, sea favorable o no. La pérdida de audición puede existir ya en el momento del nacimiento (causas congénitas), y también puede suceder a cualquier edad (causas adquiridas), y esto es determinante para definir la situación en la que se encuentra el niño o adulto en cuestión.
¿Se cumple la Ley 25415?
Existe la ley 25415 que establece que las obras sociales y prepagas deben cubrir los tratamientos necesarios (audífonos, prótesis auditivas, rehabilitación fonoaudiológica) para la persona con discapacidad auditiva, no obstante no llevamos un registro certero como para poder definir si se cumple esta norma o no, pero en ocasiones las propias personas sordas desconocen esos derechos, ya sea por la falta de información por parte de las obras sociales o prepagas que proveen dichos beneficios o prestaciones. También hay contados casos en que ciertos organismos no acceden a cubrirlos, y es necesaria una acción judicial para que se ejecute dicha prestación o servicio anteriormente denegado.
En el ámbito de la medicina, hace falta concientización y difusión acerca de la realidad que circunscribe a las personas sordas, ya que existen preconceptos relacionados a su lengua y asocian ciertas patologías a ella.